A veces hay que bajar a la vida real. Entre hombre y mujeres hay algo...Algo que se complementa. Asimsimo habrá, fijo, entre mujeres o entre hombres...Así, entre el mismo sexo o en los sexos distintos, la mentira nos complementa. ¿¿Por que decimos la verdad?? La intimidad acojona. No nos doblemos por nada (así es la ley de la atracción). Me encanta el juego de los sexos, la seducción, los ojos en los ojos, boca a boca. Infelizmente las circunstancias debidas para todo ello siempre se dan en "infiernillos", lugares oscuros, llenos de humo, y mucho alcohol. Bueno, se puede tener humo y alcohol en otros lados también, pero con una cama muy grande y arreglada. Entre seducción y aparejamiento, no debemos doblarnos por nadie. La regla es no te equivoques. Ojo, no seas verdadero. La verdad-sincera rompe con el morbo (piensan algunos). La verdad-poco sincera mejor. La mentira-sincera, pues PERFECTA. La mentira-total, esta no vale la pena, ofende. El morbo, la noche, en el infiernillo, siempre la mentira-sincera. No se alcanza la intimidad y así nadie se acojona. Este escrito tonto, corto, breve, sólo tiene un sentido, un pequeño proposito: el juego vale más que las reglas en si. Pero muy a menudo nos damos cuenta que lo más básico es siempre lo más acertado, es decir, la regla mayor, la regla fija, la "regla-madre" es que no hay regla tratándose de relacionamientos humanos del corazón. ¿Por qué? Pues porque es poco corriente la sintonía fina. Hay comunión en esfuerzos generales. En tonos graves o agudos. Las vibraciones pueden ser grandes o pequeñas. Pero aquél sonido del corazón no suele aparecer muy a menudo. Y seguro será que el morbo existirá, pero no se olviden, no siempre es necesario bajar a la vida real. La mentira-sincera conlleva morbo. ¿¿Y algunos desapercebidos se preguntarán: hay necesidad de algo más?? (Por cierto, ¡¡Natalie Portman es algo...!!).
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En un contexto creciente de urgencias prácticas, de conflictos sociales y catástrofes ecológicas, económicas y políticas, los distintos actores sociales toman posiciones que renuevan tensiones clásicas, a la vez que plantean problemas inéditos, frente a los cuales el despliegue de la razón instrumental, encarnada en el desarrollo acelerado de la ciencia y la tecnología resulta impotente.
MuZiK
A way of life
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deslizarse sobre las olas del mar de pie sobre una tabla
El surf puede parecer al simple observador un deporte como tantos otros. O sea, una actividad fisica para divertirse y distraerse. Pero la verdad es que va mas alla de ser un deporte en si, el surf es una manera de vivir la v¡da. De alguna manera el que elije el surf elije no estar en la ciudad, elije cuidar el medio ambiente, elije cuidar su fisico, etc... El surf es un deporte y requiere, tal vez mas que otros, un buen estado fisico y por supuesto, saber nadar. Pero el surf no termina al salir del mar y guardar la tabla en la funda. El Surf es amor al Oceano, amor a la Naturaleza, a estar descalzo en la arena tibia de la playa, o la arena fresca de la orilla. Es amor al bienestar, a la vida sana en general. El surf encierra por lo general una actividad intelectual importante: se requiere paciencia, sabiduria, perseverancia y fortaleza. La perseverancia y fortaleza son necesarias para remar contra el oleaje y la corriente, luchar contra las fuertes espumas y resistir al cansancio, con el objetivo de llegar a donde se quiere estar. Una vez que logramos pasar la rompiente y que estamos sentados en nuestra tabla, se requiere paciencia, hay que esperar que vengan las olas. Las olas vendran a su debido tiempo y cuando eso pase tendremos que tomar une decision y elegir una dentro del monton. Si elegimos una ola muy alta o empinada, podemos clavarnos de punta en el agua y ser revolcados violentamente, y asi saber lo que sienten los calcetines al ser centrifugados en la lavadora. Si la ola es muy chica, no tendrá fuerza y no nos llevará con ella, habremos gastado energia remando sin sentido. Si la ola es muy frontal, no nos dará una surfeada muy larga... Al adquirir y sumar horas de agua salada seremos algo mas sabios, y sabremos reconocer las buenas olas al verlas venir.
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