
Siempre es momento. La luz interior nos da la medida. Retroceder nunca. Rendirse...jamás. Hay que cambiar. Pues ahí voy. Lo cambio otra vez porque la última no dio resultado. La turbina del avión es el motor del corazón. La idea en la cabeza, el aliento. Algo muy dentro de mí me dice que es ahora. Pues bien. AHORA. No esperaré. Se lo pedí al universo e hicimos un trato. Chispa -la gatita traviesa, compañera de camino- está de acuerdo. Pues bien. No tardo más. Me he decidido. Y ahora me voy. Pero siempre estaré aqui escribiendo. Sobre ello no hay que cambiar.
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