Cuando no vemos a algo que nos apasiona -un ser o un objeto- nos dedicamos a pensar en ello. Particularmente, yo, lo hago constantemente. Mis pies me abren el camino hacia lo que se me representa mentalmente, por las ideas. Leí hace algún tiempo una biografía de Che Guevara. Muy lejos de las etiquetas, un sueño. La pasión de la vida, por el ser humano. Cada ser u objeto una sonrisa feliz (dada la idea creada) .En las infinitas posibilidades de la vida y en brevisima mutación la pasión es el gran detalle. Es la fuerza motriz. El origen de todo. El suceso o manifestación de la vida real que se considera como espectáculo digno de atención. Porque sin ella no vale la pena vivir. Fijense en que os digo. Muy lejos de las etiquetas, la pasión se determina por lo que es como ESENCIA, nunca observa los pormenores. No visualiza cosas sin importancia. Cualquier pertubación o afecto desordenado del ánimo establecida por una "etiqueta previa" es un desvio de la realidad real (sí porque la realidad virtual es una construcción propia de uno). Bien. ¿¿Qué quiere este tío deciros?? Estoy pensando ahora en el desorden existente en el mundo dada las infinitas situaciones en las que lo que se considera complicado pordría no serlo -y con ello formar el orden-. Explico. Menos prozac, más platón se dijo. Pues eso. Lo verdadero es lo que es real. La esencia de cada ser u objeto. No su representación. Si nos dedicamos a observar la hipótesis de que toda interpretación individual puede conllevar a un falso resultado o de que para asegurar un resultado satisfactorio es imprescindible un análisis más detallado, podemos ver que mucho de lo que se representa en la mente de la gente es TAN SÓLO una formación de una idea que puede no revelar una realidad real. La esencia. Claro, pues el intepretar, constatar, averiguar, formular, cuestionar, es subjetivo siempre. Pensemos en la estética. No es la estética sólo un conjunto estilísticos y temáticos que caracterizan a un autor, a un movimiento...a una persona. Tampoco es lo estético sólo una armonía y apariencia agradable a la vista. Esta es mi opinión. Porque en el preciso momento en que definimos algo como el prototipo perdemos toda posibilidad de "arrancar" algo más (del ser o del objeto). A lo mejor por ello podríamos hablar de muchas estéticas...una para cada autor, cada movimiento, cada persona. ¿¿No sería estético lo que es natural de uno (su realidad y esencia)?? Lo horrendo, grotesco, desconcertante, puede ser bello. Un perrito muy gracioso, considerado feo por unos, puede ser bello. La belleza es subjetiva. Así la estética. Al definir algo como tal limitamos a que este algo -ser u objeto- sea PARA SIEMPRE tal y cual lo determinamos. En ello poco hay de ampliar los horizontes. Poco de apertura mental. Este escrito no tiene la pretensión de atacar a las estructuras valorativas, morales, de la gente. El escrito quiere aclarar un punto de vista distinto: el de que toda valoración personal es subjetiva siempre. Al conocer a una nueva persona emitimos y recibimos un sin fin de códigos que se adecuan o no a los propios. Si tenemos una opinión formada cerrada de como debe ser cualquier cosa pues muy difícil será conocer verdadera y realmente cómo es la esencia de lo que estamos muy cerca de conocer. Las etiquetas. Edgar Allan Poe, reconocido escritor estadounidense, nos demuestra como el principal objetivo del arte es provocar una reacción emocional en el receptor. Todo contacto interhumano, toda relación social, vínculos comerciales o profesionales, nos enseña que el mensaje debe ser descodificado para que se produzca en el receptor el correcto entendimiento de los que se desea transmitir. Descodificar no es codificar. Los códigos los construimos nosotros de acuerdo con nuestras experiencias previas. En virtud de nuestros valores. Estoy pensando ahora en la obra de Edward Much con su famosa obra maestra, el Grito. Puede ser considerado antiestético para muchos. Para otros, la esencia de la misma. Ando aquí tocando a los huevos de los lectores de mi blog con este tema porque necesito transmitir el siguiente mensaje...En la increíble complejidad del cosmos muy poco se puede resumir y dar por acabado. Un ser no es tal y cual nosotros queremos que sea o no sea. Conocer a alguien puede resultar una amistad o una inesmistad. Dependerá de todo el contexto. Estará muy relacionado con nosotros mismos, nuestras capacidades y habilidades de comprensión y entendimiento. Al fin y al cabo mucho de todo acaba por etiquetarse conforme un orden imperante. ¿¿Pero éste orden es establecido por quiénes?? Las etiquetas. Muy interesantemente el gran empresario estafador de millones de dólares o euros no llegará jamás a ser un "delincuente peligroso". Si metemos en toda esta cuestión el hecho de que además de subjetiva la estética -o la belleza- es abstracta, bueno, ahí sí que descubrimos cómo es importantísimo el esfuerzo mental -la gimnasia aquella- a fin de entender el todo y no sólo las partes. La bondad, el amor, la simpatía no debe marchitarse con el tiempo...lo son siempre lo que son. No sé que más podría yo describir para enfatizar al máximo que lo interior es lo que importa. La verdadera realidad real. La esencia del objeto, de la persona. Para mí será estético todo aquél que conlleva amor, bondad, amistad...El exterior es una pequeña parte del todo. Una guía quizás. QUIZÁS. Aún así no se acerca totalmente a la definición exacta. En fin. Yo llevo tatuajes. Me ha dicho una persona muy especial para mí que este mero hecho me encasilla en algo mayor (o distinto). Lo entiendo el punto de vista suyo. Pero me opongo a ello. Por todo lo que escribo ahora. Los actos, las ideas, las actitudes, son el termómetro para la belleza, para la estética, en mi opinión. Si nos damos la oportunidad de contactar de verdad con el interior de algo, objeto o ser, alcanzaremos la identidad suya. Aceptaremos la carencias, las debilidades. En fin. El mundo anda tan complicado...
http://vimeo.com/hd#5634063
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