En Noruega hay ya un tabú menos. Mientras en otros países es incómodo hablar de lo que se gana y los ingresos de políticos, empresarios o estrellas de cine son casi un secreto de confesión, el nivel de impuestos y renta de cada ciudadano noruego puede consultarse con toda normalidad en la web del periódico preferido o en Facebook. Es la aplicación hasta el límite de la transparencia, "un principio con una gran tradición en Noruega", recuerda Anders Lande, asesor del ministro de finanzas, Sigbjorn Johnsen.
Hasta ahora, cualquier ciudadano noruego podía acercarse a las oficinas de la Administración local y consultar, tras lidiar con un funcionario y siempre en pesados volúmenes, los impuestos que paga el vecino o los ingresos que declara anualmente. Con la digitalización del registro y el procesamiento de los datos, la accesibilidad ahora es total. Los periódicos tabloides, que ofrecen el rastreo en el registro de los protagonistas de las noticias, han llegado a bautizar a esta información fiscal como "porno-impuestos": como con la pornografía, nadie admite estar interesado, pero pocos resisten la tentación de acceder alguna vez al registro.
Según el Gobierno, una coalición liderada por el partido laborista, "el acceso público a la lista de impuestos hace posible un control democrático" de sistema tributario, al tiempo que "promueve un debate crítico y saludable" sobre su ecuanimidad, en palabras de Lande.
Sin embargo, la vulnerabilidad de los más ricos ha hecho aumentar las críticas a este ejemplo de transparencia total. "Algunos críticos reprochan que la información ha sido usada para actividad criminal", reconoce el Gobierno en referencia a nuevos casos de extorsiones y chantajes gracias al registro.
http://www.publico.es/dinero/269788/transparencia/noruega
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