Pues seguia dando vueltas. No se detuvo todo este tiempo. Le preguntaban desde cuando lo hacía aquéllo y no tenía reparo en decirles a todos: "hijo, hace muchas décadas que hago eso". Vueltas y más vueltas. Unos transeúntes constantemente le demandaban una consideración; le preparaban la misma cuestión. La misma respuesta era obtenida. La costumbre o por fuerza del hábito. No disimulaba nada. Hoy sin embargo en razón de la edad ya no puede distanciarse mucho del pequeño circuito. Camina con cierta dificultad. No obstante, su cabeza sigue con las vueltas...El espíritu aventurero, no le permite descanso. "Alma traicionera". Aquí y allá. Sin deternerse. Casi no tiene recuerdos de todos los seres que conoció. Tampoco de sus nombres u ofícios. Lo que le queda es el lugar determinado y el hecho ocurrido. "Una postal para la eternidad". Los amigos que le conocieran de pequeño y que sólo lo han visto de nuevo casi un cuarto de siglo después no se admiran con todo ello. "No siempre nos toca vencer la inquietud", dicen. Contrariamente, su respuesta sonaba bien distinta -cuanto a la interpretación-: "no siempre nos toca saber el camino", versificaba.
Treasure Hunter
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