11 mayo 2009

Conocimiento y esfuerzo...El amor

Dos personas se enamoran cuando sienten que han encontrado el mejor objeto disponible en el mercado, dentro de los límites impuestos por sus propios valores de intercambio.




La atracción sexual, el primer paso. El sentir algo (algo bueno, el deseo) quiere decir querer algo (sexualmente hablando). Claro que el
exterior nos dá motivos suficientes para desear. Evidentemente el interior es muy muy importante, sin lo cual el acto de enamorarse no se completa, no se consume. Pero el flechazo viene desde fuera. Sexualmente. Venga, quiero decir la atracción. Ahora bien, hay la posibilidad de que no haya el flechazo, aquella cosa: "Joer, vaya como me pone" Entonces, miramos un poquito más, oímos y escuchamos otro tanto, notamos ciertas virtudes, determinadas formas de interacciones, y pán-pin-pun...lo queremos (a él o a ella...en mi caso a ella). Erich Fromm en el libro El arte de amar comienza a hablar del tema partiendo de una serie de preguntas y ponderaciones, argumentos del mítico significado "amar". Este autor fue un destacado psicólogo social, psicoanalista, filósofo y humanista alemán. Miembro del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Frankfurt. Fue uno de los principales renovadores de la teoría y práctica psicoanalítica a mediados del siglo XX. Bueno, Fromm dice que el amor más que un "tropiezo" relacionado con la suerte es un arte. Un arte que requiere conocimiento y esfuerzo. Interesante porque si pensamos en cualquier actividad, oficio, profesión, nos damos cuenta que el cuento es siempre el mismo: conocimiento y esfuerzo. Deportistas, Escritores, Carpinteros, Médicos, Ejecutivos, Cientistas, Actores, Astronautas, en fin, hombres y mujeres que se dedican a cualquier rama del conocimiento humano, que se dedican a algo, pues necesitan para cumplir con su función social y humana, adquirir conocimientos; de modo que se aplican en esfuerzos. La capacidad de amar como todo reconoce una necesidad de dedicación por lo tanto sin la cual no alcanzamos la finalidad aspirada. En mi opinión, como no me gusta nada absoluto, voy directamente al fondo de la cuestión y declaro que "el amar" en su amplio sentido (porque entiendo que pasar la noche -una noche que sea- con alguien es expresión de amor) no tiene nada que ver con tan sólo el exterior. Porque lejos de todo el prototipo de hombre y mujer, el deseo asimismo revela amor. Y se puede desear algo mas allá que el exterior mismo. Es evidente que si necesitamos algo de fast food viene muy bien pasarse la noche con Angelina Jolie (o Brad Pitt dirán ellas) que con la Obregón esta. Pero bueno, antes que la líe, quiero decir que amar también es desear. Desear puede ser amar. Ahora nunca amar será SÓLO amar o desear por el exterior. Pensemoslo en niveles. Clasificaciones, quizás, de amar. De este modo podemos dedicarnos a amar al sexo opuesto por una noche. Requiere asimismo esfuerzo, dedicación, y para lograrlo -como no- conocimiento. Sí porque no veo la posibilidad de arrastrar a la "nena" a la cama (o al pavo) sin un mínimo de consideración y cuidado. Eso REQUIERE algo de ánimo, vigor, brío, valor. ESFUERZO. Empleo enérgico de físico y psíquico para conseguir venciendo dificultades. Por todo ello Fromm dice que todos están sedientos de amor; ven innumerables películas basadas en historias de amor felices y desgraciadas, escuchan centenares de canciones triviales que hablan del amor, y, sin embargo, casi nadie piensa que hay algo que aprender acerca del amor. Esa peculiar actitud se basa en varias premisas que, individualmente o combinadas, tienden a sustentarla. El autor alemán analiza el corazón del Hombre (por cierto otro libro suyo) y retrata el sentimiento de la especie humana. En el contexto pues del sentimiento intenso del ser humano, del sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae, queriéndola, deseándola, amándola, expresamos amor. Con ello quiero decir que entiendo el afecto, la inclinación y la entrega a alguien como puro amor (otra cosa será amor puro). Asimismo la tendencia a la unión sexual -el apetito aquél-, el cariño especial, el deseo de unión, etc., son "amores" como expresiones de la pasión del amor. Eso es tan maravilloso y complejo que yo mismo confieso que ya me enamoré por el interior aunque el exterior no me fuera de los mas "dignos de acción". No obstante este comentario tengo que afirmar ante todo lo siguiente, que para mí pocas personas están exentas de belleza. Quiero decir, no encuentro un ser humano absolutamente poco merecedor del calificativo bello, guapo, interesante, bonito, lindo...Así lo creo. Ahora bien. Otra cosa debo admitir. Con ello no quiero contradecirme. Pero la valoración cambiará si no consideramos que ciertos valores -valga la redundancia- intrínsecos al Hombre son absolutos (como bienes imprescindibles a su existencia) y si no aceptamos que el no respetarlos es un ataque durísimo a la existencia humana. Ahí sí para mi se faltará con el bello. El interior sobre todo. Pero bueno. En este ámbito llegamos al intercambio. A la etapa más densa y de altisimo nivel tratándose de relacionamiento y del amor. La falta de conexión que impide este intercambio valorativo pues provoca sin duda, tarde o temprano, reparto de funciones pro separación. La separación será física, geográfica y espiritual. Nada de atracción, poco de deseo. El único querer será...será...será de no querer para nada el querer. Esa actitud sigue siendo la idea prevaleciente sobre el amor, a pesar de las abrumadoras pruebas de lo contrario (identidad de querer, identidad de hacer y lo contrario igualmente). Prácticamente no existe ninguna otra actividad o empresa que se inicie con tan tremendas esperanzas y expectaciones, y que, no obstante, fracase tan a menudo como el amor. Y lo peor es que aquí lo espontáneo vale un montón. Basta con recordar lo del fast food. El contacto inmediato sin "mayores". El siglo romántico pasó. Los románticos, dicen otros, todavía existen por allí. Pero éstos se encontrarán sin conexión porque en el cometido del aquí te pillo aquí te mato no se requiere mucho intercambio, es decir, intercambio espiritual. En el afán del "puro placer" (que también es amor, en sentido amplio) basta con que estemos en el standby. No la jodas con mezclar sentimiento de afecto o inclinación hacia alguien si el contexto no te lo permite. Sé espontáneo, no hables demasiado con el corazón, abra la boca para moverte con el cuerpo. Directamente en el fondo de la cuestión el primer paso a dar es tomar conciencia de que el amor es un arte, tal como es un arte el vivir. Si deseamos aprender a amar debemos proceder en la misma forma en que lo haríamos si quisiéramos aprender cualquier otro arte, música, pintura, carpintería o el arte de la medicina o la ingeniería. Hay diversidad y los entornos son tantos como los niveles de amar. No cabe hablar de cada nivel cuando la teoría se desquicia. La práctica es bastante más representativa, y cuando aunamos teoría y práctica pues logramos un amar en sentido estricto, un amar con mucha intensidad, reciprocidad. La intensidad será muy alta. Pero como he afirmado antes en una noche se puede alcanzar esta intensidad; no será cosa unicamente de un grado elevado de enamoramiento. Pero ahí el intercambio relámpago -de una noche- se hará presente siempre y cuando las preguntas y respuestas de cada individuo partícipe de la acción coincidan entre sí, cuando el bagaje cultural sea recíproco. Venga, quiero decir: cuando la atracción permita por tanto el aquí te pillo aquí te mato. Y para ello nada más cierto que callarte la boca con prosas, cerrar el corazón, moverte el cuerpo, hacer el esfuerzo necesario, con consideración y cuidado, para desquiciar la teoría y hacer valer la práctica. Es la formación real del dar y recibir. Fromm vuelve a enseñar porque sostiene sobre ello que al dar así de su vida, enriquece a la otra persona, realza el sentimiento de vida de la otra al exaltar el suyo propio. No da con el fin de recibir; dar es de por sí una dicha exquisita. Pero, al dar, no puede dejar de llevar a la vida algo en la otra persona, y eso que nace a la vida se refleja a su vez sobre ella; cuando da verdaderamente, no puede dejar de recibir lo que se le da en cambio. Dar implica hacer de la otra persona un dador, y ambas comparten la alegría de lo que han creado. Algo nace en el acto de dar, y las dos personas involucradas se sienten agradecidas a la vida que nace para ambas. Y todo se puede dar sin el amar en sentido estricto, viajando en la amplitud del sentido. Ya he dicho el significado, en una noche sí se puede amar. Lo que pasa es que casi siempre pensamos en el futuro, destrozamos lo espontáneo, rompemos con la vida. ¿Por qué razón? Bueno o porque no nos gusta el exterior o bien no nos apetece llegar al interior (porque previamente éste no nos atrae). Si no es por una cosa u otra, vaya, eres tonto. Al menos admita que hay algo que te impida. La mente humana puede llegar a desconstruir (creo que me referí sobre esto anteriormente). El carácter activo del amor se vuelve evidente en el hecho de que implica ciertos elementos básicos, comunes a todas las formas del amor, he dicho. Esos elementos son: cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento. He admitido. La responsabilidad podría degenerar fácilmente en dominación y posesividad, si no fuera por un tercer componente del amor, el respeto. Respeto no significa temor y sumisa reverencia; denota, de acuerdo con la raíz de la palabra, la capacidad de ver a una persona tal cual es, tener conciencia de su individualidad única. Respetar significa preocuparse por que la otra persona crezca y se desarrolle tal como es. De ese modo, el respeto implica la ausencia de explotación. Quiero que la persona amada crezca y se desarrolle por sí misma, en la forma que les es propia, y no para servirme. Si amo a la otra persona, me siento uno con ella, pero con ella tal cual es, no como yo necesito que sea, como un objeto para mi uso. Es obvio que el respeto sólo es posible si yo he alcanzado independencia; si puedo caminar sin muletas, sin tener que dominar ni explotar a nadie. El respeto sólo existe sobre la base de la libertad:" l'amour est l'enfant de la liberté", dice una vieja canción francesa; el amor es hijo de la libertad, nunca de la dominación. Pero la ley de la atracción no es objetiva. El concepto de belleza tampoco. Arriba he dicho eso¡ ¡...Considero que toda la persona es bella...!! Y la libertad -que pocas veces lo es subjetiva- favorece que personas, hombres y mujeres, alivien su tensión como motivación fundamental en la dicha atracción de una noche. Con ello me satisface pensar que el amor no es esencialmente una relación con una persona específica; es una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación de una persona con el mundo como totalidad, no con un "objeto" amoroso. Puedes amar sin conocer, puedes amar sin entregarte totalmente, puedes amar por determinado tiempo, puedes, en suma, hacer todo lo que te dé la gana con el verbo amar. Porque en mi opinión él es amplio, y en él se abarca el querer, el desear, el apetecer, el intentar, tener cariño, voluntad o inclinación a alguien o algo. Amar. Objeto poco disponible. Ampliemos los límites. No hay una forma, tampoco un nivel. Ahora una cosa, es pecado provocar deseo y luego renunciarlo. Daniel y los leones. Para superar ese peligro el autor dice que se debe vencer la enajenación, debe vencer las actitudes pasivas y orientadas infructíferamente; se debe elegir en cambio una senda madura y productiva. Debe volver a adquirir el sentimiento de ser y retomar el valor exterior e interior. La situación en lo que atañe al amor corresponde, inevitablemente, al carácter social del hombre moderno. Los autómatas no pueden amar, pueden intercambiar su "bagaje de personalidad" y confiar en que la transacción sea equitativa. Ampliemos los límites. El sentimiento es asi conocimiento y esfuerzo. Si uno lo siente, lo valora. Si lo valora, puede quererlo. Si llega a quererlo, puede desearlo y luego amarlo -en sentido amplio-. De modo maduro pues se llega a conocer un amor en otros niveles. Porque amar no es sólo estricto. Y aquí no comparto con Fromm lo de que el amor no es el resultado de la satisfacción sexual adecuada; por el contrario, la felicidad sexual. Puede no serlo unicamente, pero sin duda, la satisfacción esta (la de una noche) es Amor (¿¿Por que no sería??). Fromm sostien muy bien que el amor verdadero es en realidad algo difícil de alcanzar y bastante infrecuente. Tiene gracia. Pero no por lo dicho -¡¡que es perfecto!!- pero porque hay mucha gente que logra alcanzarlo en una noche. ;-)


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