Acabo de ter uma conversa muito bonita em internet com uma pessoa de Botucatú. Soube por ela, desde a primeira vez, que tal município de Sao Paulo possui um clima muito ameno devido à Serra que condiciona sua temperatura. Soube depois, por minha conta, que tal regiao alberga nada mais nada menos que a lenda de um personagem super interessante do folclore brasileiro: o Saci. Pois é! Ali -ou lá- tal personagem encontrou seu lar. Parece agora que a cidade passou a ser algo assim como a Capital Nacional do Saci. Ñ sei direito, perguntarei a esta amiga. Quanto a personagem proprio dela mesma -minha amiga- bom, por minha conta, a descrevo como um ser muito bonito. O contato foi bem esporádico. "Momentos raros". Aqui e ali. Mas suficiente para que meu interesse fosse despertado. Sao coisas que uma cidade como León proporciona. Encontros e desencontros. Amizades e interesses. Outras coisas mais. Depende sempre de cada um. Na verdade, qq lugar pode proporcionar tais ocurrências...Levamos dentro toda aquela energia de nossa áurea. Atraímos ao final exatamente aquilo que possuimos, ñ é??? (tem gente que se abstém disso, do comentario). Enfim, apreciei ter conhecido "esta chica" por muitas razoes; talvez nunca saiba o quanto. O certo é que volto a respirar e a pensar que , mais do que suficiente, agora, meus interesses se despertam daqueles "momentos raros" e definitivamente quero atrair o que procuro. Abaixo um texto muito interessante, vale a pena. A autora se proclama MANCUSO e sua "apertura mental" agrada e retrata um pouco do que identifico hoje no arco-íris. Antes ainda, um trecho da letra de U2, BAD, que vai ao final como video...ENJOY IT!
Set your spirit free
I'd lead your heart away
See you break, break away
Into the light
And to the day
To let it go
And so to fade away
To let it go
And so fade away
I'm wide awake
I'm wide awake
Wide awake
I'm not sleeping
Quienes reconocemos en la vida un proceso a través del cual podemos encontrar nuestro sentido personal en este largo paseo de la existencia hallamos tal vez inevitables obstáculos racionales y emocionales que nos impiden concretar nuestras metas; o aún más, descubrir cuáles son. Para emprender y alcanzar el relativo éxito de la estabilidad, es preciso valerse de las propias herramientas que están en nosotros, como estaba la estatua en la piedra sin forma, a la que aludía Miguel Angel. Somos seres racionales. Pero también somos, afortunadamente, seres emocionales; entonces la búsqueda de la armonía será un paso previo para concretarnos, siempre parcialmente. Porque las posibilidades de crecer no tienen fin. Sí pueden tener un principio para quien aún está "dormido", y cada uno encontrará ese primer recuadro de su rayuela para llegar a su propio cielo.
Ser dirigido por un actor o una actriz en el camino hacia ese encuentro con "uno mismo" es una opción impecable. Y entender la vida con la propia mirada, un resultado que paulatinamente va dibujando el paisaje, con menos ornamentos, pero mucho más claro. Esa maqueta relativamente limpia que necesitamos los que deseamos emprender y alcanzar nuestros objetivos.
Plantar un árbol, escribir un libro, tener un hijo. Donar los órganos. Y conocerse. Nada más primordial que comenzar a hacerlo algún día. Y despertar de la belleza durmiente en la que a veces nos encapsula el "sistema". Salirnos de las normas absolutas y de la rigidez innecesaria para alistarnos en el mundo de los que triunfan desde adentro para afuera. Desde abajo para arriba. Desde la humildad hacia la superación personal.
Porque para emprender tal vez necesitamos emprendernos, indagarnos, preguntarnos quiénes somos, qué deseamos y hacia dónde queremos ir. La inteligencia de la razón y de la emoción buscando el equilibrio en la balanza de nuestra propia justicia, de nuestros propios merecimientos.
Y salir a escena, con caretas, trajes, y vestidos, pero desnudos en la mirada gloriosa donde está el indicio de haber vivido, de estar viviendo. De despertarnos de la utopía, para mostrarnos como seres vivos que viven en una realidad concebida a partir de los propios pasos. Y jugar a la rayuela. Y tirar la piedra. Y que caiga en el cielo. O volver a empezar.
(*) Abogada, redactora, escritora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario