por ROSA CUEVAS
Los recibos de los suministros más habituales de una vivienda, como el agua, la luz y el gas, concentran buena parte del presupuesto familiar. Según las condiciones contratadas, se cobran cada uno o dos meses, pero siempre son puntuales y, en estos tiempos de crisis, abonarlos supone un esfuerzo importante para algunas familias. Por ello conviene controlar su consumo y evitar los derroches. Intentar abaratar el recibo del agua es un buen comienzo para reducir la partida destinada al pago de los suministros básicos. Revisar gestos tan cotidianos como lavarse los dientes con el grifo abierto o instalar economizadores en la ducha y en el lavabo son algunas de las claves para conseguirlo.
Primer paso: detectar fugas
Silenciosas, gota a gota, o mediante el incesante sonido de la cisterna sin que nadie haya apretado el botón o tirado de la cadena, es habitual que en un mismo hogar se localicen distintas fugas de agua. El goteo incensante del grifo, el tapón de la bañera que con el uso no se ajusta y el agua que se filtra de las tuberías que no siempre están a la vista son algunas de las más comunes. La consecuencia es que se consume más agua y la factura se dispara. La mejor fórmula para verificar que en efecto hay una fuga de agua es leer el contador del agua antes de acostarse y volverlo a leer a la mañana siguiente. De esta manera se comprobará si la cifra que indica el consumo ha variado o permanece estable. Si el valor es el mismo, el sistema no tiene fugas.
- Imagen: tico24 -
Otro de los puntos donde más agua se pierde es la cisterna del inodoro. Confirmar las sospechas es fácil. Hay que introducir en la cisterna unas gotas de tinta o una cuchara de colorante alimentario. Si al cabo de 15 minutos el agua que se acumula en la taza se colorea, hay una fuga. El propio sonido de la cisterna, si se escucha de forma continua porque no termina de llenarse, delata también un escape. Las fugas se originan porque las gomas del cierre del mecanismo de carga y las del sistema de descarga se deterioran. Otra posibilidad es que la arandela de la salida del tanque no esté ajustada. Para arreglar ambas averías es necesario cambiar estas gomas.
Entre el 60% y el 75% del gasto diario de agua se destina al aseo personal
Puede ocurrir que, tras revisar la instalación, no se detecten fugas pero la lectura del contador indique un consumo nocturno cuando, en teoría, no se han abierto los grifos. En ese caso, lo más apropiado es contactar con el ayuntamiento de la localidad o con la compañía del agua por si hubiera un escape en la red general de suministro.
En el baño
Entre el 60% y el 75% del gasto diario de agua se destina al aseo personal. La medida más economizadora es ducharse en lugar de bañarse. En líneas generales, un baño consume el doble que una ducha. Si además el cuerpo y el cabello se enjabonan con el grifo cerrado, el ahorro es de hasta 15 litros. Cortar el agua si no es preciso utilizarla, es un gesto que se debe extender a cualquier rutina de aseo: cepillarse los dientes, afeitarse, lavarse las manos... Es necesario asegurarse de que el grifo esté cerrado de forma correcta. Goteos o aberturas, por mínimas que sean, suponen un despilfarro diario de hasta 325 litros de agua.
El inodoro es el elemento que más agua consume en el baño. Por este motivo, es preciso adoptar una serie de hábitos. Es aconsejable instalar cisternas que permitan la doble descarga o dos usos. Con el pulsador más pequeño se gastan de media tres litros de agua, mientras que el otro vacía nueve o diez litros. Siempre que sea posible, se debe utilizar la carga menor y, si la cisterna no dispone de este sistema, resulta práctico introducir una botella llena de agua o de pequeñas piedras en el depósito para que haga de contrapeso. De esta manera, se evita descargar un volumen equivalente a su capacidad cada vez que se accione la bomba.
En algunos hogares es frecuente emplear el inodoro como papelera: papeles, bastoncillos y algodones van a parar allí, con el consiguiente gasto de agua. Es recomendable colocar un cubo en el baño donde depositar estos residuos. Desecharlos por el inodoro requiere entre tres y nueve litros por descarga.
Economizadores en los grifos
Cambiar ciertos hábitos diarios resulta de gran utilidad para abaratar la factura. Estas acciones pueden acompañarse de otras medidas, como colocar perlizadores en los grifos, unos dispositivos economizadores que no rebajan ni la calidad ni el confort del servicio. Disponen de dos mecanismos: uno para reducir el caudal y otro para compensar la disminución mediante la adición de aire al flujo de agua. Para instalarlos, basta con enroscarlos al grifo. Su coste oscila entre 6 y 20 euros, en función del modelo, pero ahorran hasta un 50% en el consumo habitual.
Dispositivos que disminuyen el gasto de agua en la grifería
- Perlizadores: Se enroscan en el grifo y cuestan entre 16 y 20 euros. Generan un chorro de agua gasificado al mezclar agua con aire, manteniendo la misma presión o incluso aumentándola en comparación con los sistemas tradicionales.
- Griferías monomando: Reemplazan a las de dos mandos para tener un control más fácil del volumen y de la temperatura del agua.
- Cartuchos termoestáticos: Se insertan en el grifo para evitar el cambio completo de la grifería y permiten alcanzar la temperatura de agua deseada sin tener el grifo abierto durante un tiempo prolongado.
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